jueves, 21 de julio de 2011

George Platt: Lynes


Classic nude
studies of
Yul Brynner
by
George Platt
Lynes (1942

Adoro tu pene 200!










El falo cósmico y la reencarnación

Todos los cristianos primitivos creían firmemente en la llegada inminente del fin del mundo, y este era el principal escollo con el que chocaba la fantasía de la reencarnación. Orígenes lo exponía así: Y como quiera que, según la autoridad de las Escrituras, es inminente la consumación del mundo y entonces esta condición corruptible se transformará en incorruptible (1Co 15.53), no parece dudoso que, en la condición de la vida presente, el alma no puede venir al cuerpo por segunda y tercera vez. Efectivamente, si se acepta esto, la consecuencia necesaria será que, al ir sucediéndose esos regresos al cuerpo, el mundo no conocerá un fin (Commentarium in Canticum, 2/5.24).

Adoro tu pene 199










lunes, 18 de julio de 2011

"Event Horizon" by British artist Antony Gormley


"Event Horizon" by British artist Antony Gormley consists of four cast-iron and 27 fibreglass casts of his own nude body,
placed at ground level and poised on the edges of buildings. It was exhibited in London in 2007 and in New York in 2010.
It may have taught the young man in the green sweater something he won't learn at Touro College of Osteopathic Medicine.

Adoro tu pene 198










El Falo cósmico y el lío de la reencarnación

para los cristianos primitivos el alma o semen no era inmortal. A causa de esto mueren las almas y son castigadas (San Justino, Diálogo, 5.5). Para ellos, la inmortalidad no era una cualidad intrínseca del alma, sino adquirida, o una condición perdida que tenía que recuperar.
La fantasía de la inmortalidad del alma solo era compatible con la fantasía de la reencarnación, ambas se comunicaban y una conducía a la otra. Aunque la resurrección podía interpretarse como una reencarnación, ya que reencarnarse era renacer y la resurrección era vista como un renacimiento, nos hizo renacer (1Pe 1.3), como se manifiesta en la Primera epístola a los Corintios, donde se compara la resurrección, en total consonancia con la mitología egipcia, con el nacimiento del esperma de trigo: a cada uno de los espermas el propio cuerpo (1Co 15.38), sin embargo, la idea de la reencarnación chocaba con otras ideas de los cristianos, lo que viene a confirmar que en gran medida, para ellos, el alma no era por sí misma inmortal, sino mortal (Taciano, Discurso contra los griegos, 13)

Adoro tu pene 197