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domingo, 3 de abril de 2011

Tripode con Sátiros

This tripod, formed of three young satyrs, supports a basin.
Though their penises are erect, their foreskins are not at all retracted - this is seldom seen in life.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Galeria de penes intactos (Pompeya)

This humorously phallic gilded bronze image of a "placentarius" (cake-seller) holds a dish for sauces. He was still packed in his box in the House of the Ephebe at the time of the eruption.

The folding in the margin of his foreskin is accurate.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Los Gnosticos y La leche del Padre

Los gnósticos se veían a sí mismos como niños (Mt 11.25, 18.3, Mc 10.15, 1Co 3.1, etc). Es sabido que la leche es un nombre metafórico del semen. El Logos infantil era el semen, ya que el Logos era el esperma de Dios (San Justino, Apología I 32.8). El mismo Clemente explica que esta leche no es femenina, sino la leche del Padre (1.43), es decir, el cuerpo de Cristo.

martes, 8 de febrero de 2011

Para los gnósticos, la Madre era el Espíritu santo, es decir, el semen...

Para los gnósticos, la Madre era el Espíritu santo, es decir, el semen, puesto que éste contenía al Hijo en potencia, es decir, era una madre virginal. Ellos no podían identificar a la Madre cósmica con la tierra, ya que condenaban lo terrenal, es decir, lo carnal, opuesto a lo espiritual. Por esto ellos imaginaban una Madre masculina o fálica, o un Falo materno, o Madre-Padre (μητροπάτωρ), como es llamado Dios en el Apócrifo de Juan. Pero a pesar de esto, la mujer seguía siendo identificada con la tierra, y el útero con lo telúrico, puesto que el semen era idéntico a la semilla. La mujer solo podía salvarse dejando de ser mujer, es decir, convirtiéndose en hombre: pues toda mujer que se haga varón entrará en el reino del cielo (Evangelio de Tomás, 114). Paradójicamente, los gnósticos se veían a sí mismos como mujeres: pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo (2Co 11.2), porque ellos son hembras, tal como lo confiesan ( San Ireneo, Adversus haereses 2/29.1, 30.5). Porque el semen, es decir, el alma, era visto como una sustancia espiritual femenina, lo cual conducía, en su fantasía desbocada, a identificar el Espíritu con la Matriz cósmica. La matriz del alma está vuelta al exterior como los órganos viriles están al exterior (La exégesis del alma, 131).
Olvidando que Verbo y Espíritu eran lo mismo (semen es verbum Deispiritalia seminavimus, Lc 8.11, 1Co 9.11) y bromeando con la fantasía gnóstica de que el Espíritu es la Madre, san Jerónimo afirmaba que el alma, como esposa que es del Verbo, tiene por suegra al Espíritu santo (In Michaeam, 7.6). También podríamos decir que, dado que el Señor es el Espíritu (2Co 3.17), el alma era la esposa de su propia suegra.

domingo, 6 de febrero de 2011

Clemente de Alejandría, El Pedagogo, 1.42

¡Oh maravilloso misterio! Por una parte, uno el Padre de todos, y por otra, uno el Logos de todos, y el Espíritu santo uno y el mismo en todas partes, y una (μία) única virgen ha llegado a ser madre (1). A mí me gusta llamarla Iglesia. Leche no tuvo esta madre única, porque es la única que no llegó a ser mujer, pero al mismo tiempo es virgen y madre. Por una parte, pura como virgen, por otra, amorosa como madre. Y llama a sus niños para amamantarlos con la leche santa, con el Logos infantil (2). Por lo cual no tuvo leche, porque la leche era este niño hermoso y apropiado: el cuerpo de Cristo. Con el Logos alimenta al joven pueblo, que el mismo Señor dio a luz con dolor de parto carnal (cf. Jn 16.21), que el mismo Señor envolvió en pañales con sangre preciosa (1Pe 1.19). ¡Oh santos partos! ¡Oh santos pañales! El Logos lo es todo para el infante, y padre y madre y pedagogo y nodriza. Comeréis, dice, mi carne y beberéis mi sangre (cf. Jn 6.53,54). Estos los apropiados alimentos que el Señor nos suministra, y carne da y sangre derrama. Y nada falta a los niños para que crezcan.

Segunda Epistola de Clemente (notas)

1. Tanto la preexistencia del Hijo de Dios como la preexistencia de la Iglesia eran ideas gnósticas (Tratado tripartito, 57-59).
No vayas a pensar que yo hablo de esposa o de Iglesia a partir de la venida del Salvador en la carne, sino desde el comienzo del género humano y desde la misma creación del mundo; es más, para remontarme de la mano de Pablo hasta el origen del misterio, antes incluso de la formación del mundo. Porque así dice Pablo: Según nos escogió en Cristo antes de la formación del mundo (Ef 1.4). Orígenes, Com. in Canticum, 2/8.4.
2.
ἄνωθεν (Jn 3.3,31). También puede traducirse: desde el principio.

lunes, 31 de enero de 2011

Metodio de Olimpo: Simposio, 8.6

1. ὠδίνουσα καὶ ἀναγεννῶσα τοὺς ψυχικοὺς εἰς πνευματικούς
Nótese la correlación explícita que Metodio establece entre el semen del hombre y el Logos, el semen de Dios.
Esta idea era tan común entre los gnósticos que Orígenes llegó a escribir:
Mulier praegnans dicitur anima, quae nuper Dei concepit verbum. De tali autem conceptione legimus in alio loco scriptum: a timore tuo, Domine, in utero concepimus, et peperimus. Qui ergo concipiunt, et statim pariunt, isti nec mulieres existimandi sunt, sed viri, et perfecti viri.
Mujer preñada es llamada el alma que hace poco concibió el Verbo de Dios. De tal concepción leemos en otro lugar escrito: Por tu temor, Señor, concebimos en útero y parimos (Is 26.18). Pues los que conciben y al instante paren, estos no son considerados mujeres, sino varones, y varones perfectos. (Hom. in Exodus, 10.3).

Metodio de Olimpo: Simposio, 8.6


Y está sobre la luna, que significa simbólicamente (τροπικῶς), como pienso, la fe de los que han limpiado la corrupción por el lavamiento (λουτρῷ, Ef 5.26, Ti 3.5), por ser más semejante la luz de la misma al agua tibia, y toda sustancia húmeda depende de ella. Así pues, la Iglesia está puesta sobre nuestra fe y aceptación, según la imagen (σύνοψιν) de la luna, hasta que entre el Pléroma (πλήρωμα) de las naciones (Ro 11.25), pariendo y regenerando a los psíquicos en pneumáticos 1, razón por la que también es madre. Pues lo mismo que una mujer que ha recibido semen informe de un varón (σπορὰν ἀνδρὸς ἀμόρφωτον) en un período de tiempo engendra a un hombre completo, así también precisamente la Iglesia concibe siempre, como diría alguien, a los que se han refugiado en el Logos, y, formándolos según la misma idea y forma de Cristo, en un período de tiempo produce ciudadanos de aquellos eternos bienaventurados.

jueves, 27 de enero de 2011

Orígenes: Comentario sobre el Cantar de los Cantares, prólogo, 6

Pues de este amor habla la presente Escritura, en el que el alma beata arde y se inflama hacia el Verbo de Dios, y canta, por el Espíritu, este canto nupcial con el que la Iglesia se une y asocia al esposo celestial, Cristo, deseando mezclarse con él por el Verbo, para que conciba de él, y salvarse por esta casta generación de hijos, cuando permanezcan en fe y en santidad con sobriedad (1Ti 2.15), como concebidos ciertamente del semen del Verbo de Dios (concepti ex semine quidem Verbi Dei), verdaderamente engendrados y dados a luz, ya por la Iglesia inmaculada, ya por el alma que nada corpóreo ni material busca, sino que solo se enciende por el amor del Verbo de Dios.

jueves, 20 de enero de 2011

Phalus Hermes

Phalus Hermes

Nacio el hombre con divino semen

Ofrenda a Hermes en una crátera

Nació el hombre, ya sea que hizo a este con divino semen
aquel Artífice de las cosas, origen de un mundo mejor,
o que la Tierra reciente y separada hacía poco del alto
Éter retenía sémenes de su pariente el Cielo,
a la cual, mezclada con aguas de las lluvias, el sembrado  por Jápeto
modeló a imagen de los dioses que todo lo gobiernan.
(Ovidio Metamorfosis I, 79-83)

martes, 18 de enero de 2011

Euripides y el Semen del Cielo

Falo alado griego de marmol
Grandísima Gea y Éter de Zeus,
él, progenitor de los hombres y los dioses,
y ella, recibiendo las gotas húmedas del agua caída
pare a los mortales,
pare los pastos y las especies de fieras,
por lo que no injustamente
es considerada madre de todos.
Lo que de la tierra se engrendra a la tierra
regresa después,
pero lo que nace del semen etéreo
a la bóveda del cielo va de nuevo.
Nada muere de lo que nace, sino que separándose lo uno de lo otro
muestra una forma distinta.

(Eurípides, Crisipo, fragmento 839)

Todos somos oriundos del Semen del Cielo

Danza fálica de Dionisos representada en un kílix

En fin, todos somos oriundos del semen del Cielo;
él es el mismo Padre de todos, del que la Tierra, Madre nutricia,
cuando ha recibido las líquidas gotas de agua,
preñada pare las florecientes mieses y los árboles fértiles
y el género humano, pare todas las especies de fieras,
ofrece los alimentos con los que todos nutren los cuerpos,
y pasan una dulce vida y propagan la prole;
por lo que con justicia ha obtenido el nombre de Madre.
Asimismo, lo que antes fue de la tierra retorna
a las tierras, y lo que fue enviado de las regiones del éter,
de nuevo restituido, lo recuperan los espacios del Cielo.
Y no destruye la muerte las cosas de tal modo que extermine
los cuerpos (elementos) de la materia, sino que disipa la unión de ellos,
después reúne uno con otros, y hace que todas
las cosas así cambien las formas y muden los colores.

(Lucrecio, De rerum natura, II, 991-1005)