martes, 22 de marzo de 2011

Carta a los Hebreos

Porque si la sangre de cabrones y de toros y la ceniza de la becerra, rociada a los inmundos, santifica para purificación de la carne ¡Cuánto más la sangre de Cristo!
Porque es imposible que la sangre de toros y de cabrones quite los pecados.
Hebreos 9.13; 10.4
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