Los honores de toda especie que la antigüedad ha rendido a los cabrones serían bien sorprendentes, si alguna cosa pudiera sorprender a los que están un poco familiarizados con el mundo antiguo y moderno. Los egipcios y los judíos designaron con frecuencia a los reyes y a los jefes del pueblo por la palabra de cabrón. Encontraréis en Zacarías: «El furor del Señor se ha irritado contra los pastores del pueblo, contra los cabrones; Él los visitará. Él ha visitado su rebaño la casa de Judá, y lo ha hecho su caballo de batalla.» (Zac 10.3) «Salid de Babilonia, dice Jeremías a los jefes del pueblo, y sed los cabrones a la cabeza del rebaño.» (Jer 50.8) Isaías se ha servido en los capítulos X y XIV del término cabrón, que se ha traducido por la palabra príncipe. |
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