Ahora bien, puesto que en el caso de los últimos géneros superiores, caso del alma, hemos demostrado imposible su participación en el sufrir, ¿qué necesidad hay de unirla a los démones y héroes, los cuales precisamente son eternos y permanentes compañeros de los dioses, guardan también ellos de la misma forma una imagen del gobierno de los dioses, conservan sin cesar el orden divino y no lo abandonan nunca? Sabemos, por supuesto, lo siguiente, que la pasión es desordenada, imperfecta e inestable, no se pertenece a sí misma en modo alguno, sino que está ligada a aquello por lo que es contenida y a lo que es esclava con vistas a la generación; ella, pues, conviene a cualquier otro género más que a lo que está siempre unido a los dioses y que recorre con ellos el mismo ordenado circuito. Impasibles, pues, son también los démones y todos los géneros superiores que les escoltan. |
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