miércoles, 30 de marzo de 2011

Jámblico, Sobre los misterios egipcios

Ahora bien, puesto que en el caso de los últimos géneros superiores, caso del alma, hemos demostrado imposible su participación en el sufrir, ¿qué necesidad hay de unirla a los démones y héroes, los cuales precisamente son eternos y permanentes compañeros de los dioses, guardan también ellos de la misma forma una imagen del gobierno de los dioses, conservan sin cesar el orden divino y no lo abandonan nunca? Sabemos, por supuesto, lo siguiente, que la pasión es desordenada, imperfecta e inestable, no se pertenece a sí misma en modo alguno, sino que está ligada a aquello por lo que es contenida y a lo que es esclava con vistas a la generación; ella, pues, conviene a cualquier otro género más que a lo que está siempre unido a los dioses y que recorre con ellos el mismo ordenado circuito. Impasibles, pues, son también los démones y todos los géneros superiores que les escoltan.

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